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La dulce victoria de la lectoescritura

Actualizado: 14 mar 2018

Que un niño aprenda a leer es la más grande de las victorias académicas... porque entonces tiene herramientas para ingresar a un nuevo mundo de símbolos y mensajes que rigen nuestra comunicación diaria


Jorgito aprendiendo a leer

Cuando se acercaba el tiempo de empezar a leer estaba preocupada de elegir un buen método. Tras varias noches investigando, di con el libro de Lynne Lawrence llamado 'Ayude a sus hijos a leer y escribir con el método Montessori' y me enamoré de su propuesta.

'Sol mamá, dice sol' gritaba Jorgito mientras me miraba con los ojos muy abiertos y llenos de luz.

El libro, inicia con ejercicios para niños pequeños identificando los sonidos con los que inician palabras, luego con las que terminan y va avanzando hasta ir sonido por sonido para las letras e ir juntando éstos mismos para que el niño lea.

Empecé estos juegos con Jorgito y fueron todo un éxito. El avanzó muy rápido con los sonidos.


Descifraba los sonidos y los iba juntando, pero yo decía al final la palabra y simplemente contestaba 'sí'. Pero un buen día, dijo los sonidos /s/o/l y empezó a juntar los sonidos s-o-l y de nuevo s-o-l y se le abrieron los ojos como platos gritando 'sol'... 'sol mamá dice sol`así gritaba Jorgito mientras me miraba con los ojos muy abiertos y llenos de luz.

Lo miré con lágrimas le dije 'estás leyendo hijo.

Ese día lo recuerdo como si fuera ayer y han pasado al menos 3 años. Ese descubrir y estar con él yo lo compartía diciendo `y no lo comparto con ningún maestro, es mío todo mío'... no por arrogancia, sino por darme la oportunidad de disfrutar un fruto del arduo trabajo de educar en casa.


El caso de Pedro


El 13 de marzo (fue ayer y hoy he decidido escribir este post para no olvidar la fecha) tomé un alfabeto que tengo de plástico y fui poniendo frente a Pedro de 4 años y casi 11 meses las letras. Una a una le pregunté si la conocía, si sabía como sonaba.Y es que algo que he aprendido a lo largo de estos años es que los niños realmente aprenden todo el tiempo y lo que invierto en el primero me da rendimientos en los demás.

Así que sin haber visto letra alguna con él, descubrimos que sabía bastantes letras con sus sonidos.


Tomé las letras y armé la palabra 'puma' que tenía letras conocidas para él; y empecé a explicar mira tomas los sonidos y los juntas, así se lee. Mi objetivo era una simple muestra de lo que vendría más adelante.

Entonces le pedí que me dijera los sonidos de la palabra: p/u/m/a -dijo tranquilamente. Ahora juntamos los sonidos y cuando iba a hablar se me adelantó: p-u-m-a- contestó y luego tomó la m y la retiró. Levantó la vista y me dijo 'y aquí dice púa porque he quitado la m'... imaginarás mi sorpresa.


Pensando que podría ser un caso similar al burro que tocó la flauta... puse otras palabras enfrente y le pedía los sonidos y luego irlos juntando. Las logró todas.

Emocionada llamé a Jorgito, que ahora tiene 8 años y al menos 3 de experiencia en la lectura y que además es mi profesor adjunto. 'Ven Jorge, mira esto' y le mostré como Pedro guiado lograba sacar los sonidos y juntarlos.


Jorge muy emocionado volvió a mostrar esa mirada de 'sol' y le dijo 'Pedro estás leyendo' y Pedro preguntó muy tranquilo '¿en serio?'

Yo lo compartí con amigos y familiares que aprecian a Pedro, y con otras madres educadoras en casa. Es un momento espectacular y el único 'truco' es entender que el niño tiene su momento y dejar que llegue.


Cuando se fueron a 'jugar a otra cosa' agradecí a Dios la bendición de vivir este maravilloso momento. Cerré los ojos y cuidadosamente lo guardé en el corazón.


Por la tarde, me preguntó '¿Yo sólo puedo leer letras grandotas como las que me pusiste en casa, verdad?... Entonces tomé el paquete de toallitas húmedas que tenía en las manos y le dije dime los sonidos de esta palabra s/a/c/a luego juntó los sonidos siguiendo mi dedo s-a-c-a... 'dice saca'. Así es la indicación dice saca, para sacar la toallita, y tú la leiste. Me sonrió muy sereno, como es su personalidad, y dijo 'entonces puedo leer todas las letras del mundo'.


Educar a los hijos en casa es cansado, no es fácil. Pero momentos como estos pueden sostener ese esfuerzo toda la vida.

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